Los clarinetistas más famosos del siglo XIX eran sevillanos

Los Gómez, clarinetistas famosos en el Londres del Siglo XIX y principios del siglo XX. Sevillanos de origen muy humilde, cambiaron el hospicio por los escenarios, gracias al azar y el talento.

UNO DE ELLOS SE SALVÓ DE MORIR EN EL TITANIC

Sevillanos muy humildes y sin raíces musicales, los Gómez llegaron a ser los clarinetistas más famosos del siglo XIX en Londres, gracias a una mezcla de talento y suerte que hizo que el más conocido, Manuel, se salvara de morir en el Titanic. Ahora una exposición recuerda su apasionante vida.

Manuel y Francisco Gómez han sido los clarinetistas españoles más importantes de la historia y así lo reconocerá el próximo día 19 el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid con un concierto de su Ensemble de Clarinetes y la inauguración de una exposición sobre su vida, que se podrá visitar hasta septiembre.

Pero lo más importante es que a ese acto asistirá el nieto de Manuel Gómez, Harold Manuel Gómez, también clarinetista y residente en Canadá, para donar al Museo del Conservatorio el instrumento que hizo para su abuelo el fabricante inglés Boosey & Co., The New Clarionet Gomez-Boehm Model, del que solo hay tres en el mundo.

Uno de ellos está en el Museo Horniman de Londres, otro en manos privadas en Arizona y el tercero es el de la familia de Gómez.

"Con esta donación hemos tenido mucha suerte. Este instrumento tiene una gran importancia para la historia de la música de España e Inglaterra. De hecho, varios museos de Canadá e Inglaterra se habían interesado por él. Por una vez hemos ganado nosotros y se quedará en España", explica a EFE el profesor del Conservatorio Pedro Rubio, promotor del homenaje.

"¡Gómez es una institución en Inglaterra! Es el mejor clarinetista del mundo", escribía Ramiro de Maeztu en La Correspondencia de España en 1905, admirado del esfuerzo y fortuna que habían acompañado al sevillano.

El padre, que trabajaba haciendo arneses, murió al poco de que este naciera, dejándoles a él y a sus dos hermanos, Trinidad y Francisco, al amparo de su madre, que perdió la vista y se vio obligada a recurrir al Asilo de Mendicidad de San Fernando.

Allí dejó a Manuel -Francisco se fue a vivir con su abuela- y fue donde empezó a estudiar música. A los 18 años, abandonó el hospicio y viajó a Madrid para estudiar en el Conservatorio Superior de Música, donde completó todos los cursos, de 1879 a 1881.

Francisco seguía sus pasos y fue becado como él por la Diputación Provincial de Sevilla para ingresar en el Conservatorio de París.

Los hermanos fijaron su residencia en la capital británica en 1886, y, pocos meses después de su llegada, Manuel, que se casó con la bailarina española de la àpera de París Adela Yglesias, lograba ser solista en un concierto extraordinario ante la reina Victoria.

En 1892, él y Francisco, de los que se alababa mucho su amplia paleta de colores, derivada de que habían aprendido el sistema Boehm frente al Albert, más común en el Reino Unido, ficharon por la Orquesta de àpera del Covent Garden y desde 1894, por la Queen's Hall.

Manuel era el primer clarinete y su hermano el segundo, y con ese estatus actuaron en el concierto inaugural, el 10 de agosto de 1895, de los prestigiosos Proms de la BBC.

En 1903, Manuel se suma a la iniciativa de varios músicos de la Queen's Hall e impulsa la fundación de una nueva orquesta autogestionada: la Orquesta Sinfónica de Londres, cuyo primer concierto fue el 9 de junio de 1904. Francisco prefirió quedarse en la Queen's Hall y ahí empezaron a diverger sus carreras.

Manuel viajó en 1912 con la Orquesta Sinfónica de Londres por Estados Unidos y Canadá, en la primera gira que hacía por esos países una orquesta europea.

Habían intentado sacar pasaje de ida y vuelta en el Titanic, pero la naviera tuvo que retrasar tres semanas su travesía inaugural, por lo que decidieron viajar en el Baltic.

Se subieron al barco para volver a Inglaterra y en la madrugada del 15 de abril el Titanic mandó un SOS porque había golpeado con un iceberg. El Baltic fue uno de los buques que acudió en su socorro.

Pero no todo fue buena suerte: los dos hijos de Francisco murieron luchando por Inglaterra en la I Guerra Mundial, y en la II una bomba cayó sobre la casa de Manuel en Londres matando a su mujer y a dos de sus hijas.

Se retiró Manuel en 1915, aunque participó en conciertos hasta 1921. Falleció de cáncer en Londres el 8 de enero de 1922.

Francisco abandonó Londres y se mudó al norte de Gales y murió el 5 de enero de 1938.

Fuente: Canalsur.es