'La Banda de Música ¿Una orquesta menor?', un artículo de Manuel Castelló

Compartimos un nuevo artículo de opinión del músico natural del pueblo alicantino de Agost Manuel Castelló, titulado 'La Banda de Música ¿Una orquesta menor?'.

Hace unos días mi amigo y gran compositor Andrés Valero sale al paso con un comentario sobre una apreciación del representante de un director musical. El ínclito representante aconseja a su representado que en su currículo omita el nombre de las bandas que durante su trayectoria musical haya dirigido pues, según su opinión, el incluir haber sido director de bandas de música le restaría valor a su historial. Exactamente igual que muchos grandes músicos de nuestra tierra, los cuales omiten en su historial a la banda, primeros maestros y pueblo donde nacieron y, primigeniamente se formaron llenando su currículo de nombres rimbombantes de grandes profesores con los que la mayoría de las veces ha dado una o dos clases, ignorando asimismo al tío Pepet, Xuano, Andreu… de la banda de su pueblo, que fueron los que les animaron, empujaron y ayudaron a lo que ahora son. Esos grandes maestros los cuales tanto ponderan, desmereciendo al mismo tiempo a los humildes maestros de su pueblo, de no haber estado formados no les hubieran admitido en sus clases que llaman “Magistrales”. Pero las verdaderas clases Magistrales las recibieron en sus pueblos con esos maestros que ahora ignoran y que les enseñaron una y mil veces a colocar los dedos sobre el clarinete, el oboe, la flauta, el saxofón. los que les enseñaron a respirar y a tocar un pasaje o un solo con nitidez…

Y volviendo a la dirección, resulta que, este humilde músico de pueblo opina lo contrario, y cree a pies juntillas, que la dirección de una banda de música es un trabajo muchísimo más difícil, más arduo que dirigir cualquier orquesta. Hablo de bandas como las tenemos concebidas aquí en nuestra tierra, que podemos llamarlas sin ningún rubor, y con todo honor “Orquestas de Viento y Percusión”.

El dicho representante debería saber que en una orquesta caben todos los instrumentos habidos y por haber, no sólo el cuarteto formado por las cuerdas, ahí están, formando parte de la orquesta, todos los de viento madera, viento metal, percusión, e incluso arpa, piano y todos los teclados, llámense clavecín, celesta… Quiere decirse que el director a la hora de pedir un sonido, un pasaje, un clímax… dispone de todos los instrumentos posibles con sus variadísimos timbres para conseguirlo. En una banda u orquesta de viento es todo bien distinto: Flautas, oboes, clarinetes, saxofones, trompas, trompetas, trombones, fliscornos, bombardinos y tubas con percusión; éste es todo el potencial sonoro y tímbrico de una banda, agravado con que las familias instrumentales de la banda tienen sus timbres muy cercanos, por tanto se requiere de la sapiencia, la habilidad del director para poder conseguir que instrumentos con una sonoridad análoga puedan cautivar cómo si de una verdadera orquesta sinfónica se tratara. ¿Cómo puede haber la misma variedad tímbrica, además de la misma agilidad de los instrumentos de cuerda con los de viento? Por muy capaces que seamos no es igual que los de cuerda, no es equiparable un clarinete a un violín, ni un saxofón a una viola o cello, ni un contrabajo a una tuba.

Desde siempre, los músicos de mi tierra se las han ideado, y con notable éxito, para vencer todos y cualquier obstáculo que se les haya presentado en una partitura. Las bandas de mi tierra han interpretado y siguen haciéndolo, toda la música sinfónica habida y por haber; la música de Bach, Bruckner, Beethoven, Brahms, Mahler, Ricardo Strauss, Strawinsky, Rimsky Korsakov, Bartok, Mozart... sus sinfonías, poemas sinfónicos, rapsodias, conciertos de órgano, (que ahí, en la música escrita para órgano, sí tiene ventaja la banda de música puesto que la banda se asemeja más al órgano que la orquesta; podemos escucharlo y verificarlo en las distintas versiones grabadas que hay de la Tocata y Fuga de Bach), oberturas, conciertos, serenatas, zarzuelas, óperas…. Todo se ha interpretado en esta mi tierra con sus bandas, en algunos casos con unas excepcionales transcripciones que han sido alabadas incluso por los mismos compositores por ser mejores que los propios originales. Traigo a colación las opiniones de R. Strauss con sus poemas sinfónicos: Don Juan, Sinfonía Alpina, Las travesuras de Till, Así hablaba Zaratrusta… y de la Consagración de la Primavera de Strawinsky, ya que ambos compositores consideraban más difícil la transcripción de sus obras que la propia creación de los originales. Y si hablamos de los grandes directores que ha parido nuestra tierra, otro tanto de lo mismo. Enrique García Asensio, Odón Alonso, Rafael Frübek de Burgos, Vicente Spiteri, Pedro Pirfano, Arbós, Arámbarri, Galduf, Franco Ribate, Pérez Casas, Lamote de Grignon… la lista sería inacabable y, todos han sido directores de banda o han dirigido bandas, y ninguno, por lo menos a los que he conocido, que no han sido pocos, se han sentido pesarosos u avergonzados por ello; al contrario, muchos han comentado su paso por las bandas como una etapa importante de sus vidas profesionales.

Por lo tanto creo que el tal representante ha metido la pezuña en un tema que estoy seguro desconoce por completo. ¿Ha escuchado el dicho representante, alguna vez en su vida algún certamen de los celebrados en nuestra comunidad? No hablo del de la Feria de Julio en Valencia que eso es punto y aparte, hablo de cualquiera de los certámenes provinciales en los que concursan bandas de 3ª y 4ª categoría con 30 y 50 componentes; todos músicos de pueblo, no de Madrid, Barcelona Valencia o París, aficionados de pueblecitos de 1000 o 2000 habitantes, labradores, albañiles, pintores, alfareros, estudiantes… ¡Seguro que no! Ahí es donde hay que ir y ver el origen, donde está, donde reside y se alimenta la verdadera esencia de los músicos de nuestra tierra. Entonces se dará perfecta cuenta ese representante del error que comete al hacer esos comentarios tan desafortunados, puesto que los Conservatorios, las Bandas y las Orquestas de nuestro país, se nutren de alumnos, de músicos, de directores, de profesores de esos pueblecitos que si los cerráramos se acabaría la masificación en los Conservatorios, y por ende la música, faltarían músicos en nuestras bandas y orquestas profesionales, y cómo hicimos unos años ha con los instrumentos de cuerda, tendríamos que buscar músicos de viento en el extranjero y los profesores tendríamos que, como antaño tocar en un cabaret, o sala de fiestas... Por mi edad y vivencias, a cuántos directores conozco que después de acabar los estudios con grandes calificaciones, al ocupar por primera vez el pódium de una banda no saben ni por donde comenzar, y mucho menos si se trataba de dirigir una banda de algún pueblo de los antes mencionados ¿…?

Tengamos el máximo respeto por nuestras bandas de música, valoremos en su justa medida la labor de nuestras agrupaciones y sus maestros que, pese a su humildad, han dado grandes músicos. Hagamos un repaso de donde han nacido y en qué bandas se han formado la mayoría de los grandes músicos, compositores, directores y profesores de nuestra tierra, y no hagamos caso de la opinión de creídos, de analfabetos musicales, gentes que viven de opinar y vender lo que desconocen por completo, y cuando quieren elevar o hundir a alguien lo consiguen gracias a su palabrería, vendiéndonos lo que les proporciona más beneficios, no lo que es mejor ni peor.

Dicen que, los praguenses nacen con un violín en las manos, pero “Nosaltres som de la terra on es desdejuna, dina i sopa ¡SOLFA!”. No tenemos porqué sentirnos avergonzados de nuestras bandas, ni mucho menos de ser músicos de pueblo, al contrario y que lo sepan todos.

¡ESTAMOS ORGULLOSOS!

Manuel Castelló
Músic d´Agost

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