Fidelio de Beethoven.

 Primer Acto 

La obra comienza con Jaquino, el asistente de Rocco el carcelero y entra en escena hablando de su amor a Marzelline, la hija de Rocco. Jaquino está enamorado de ella y quiere hacerla su esposa.

Ella lo rechaza como siempre, ya que está enamorada de Fidelio, el nuevo asistente de su padre.

Marzelline ama a Fidelio, pero ella no sabe que Fidelio es en realidad una mujer y que es nuestra protagonista Leonore disfrazada de hombre y busca desesperadamente a su marido Florestán.

[Leonore entrando con su disfraz]

Estando reunidos Leonore, Rocco y Marzelline, (y el pobre Jaquino también está presente pero ignorado  ) Rocco le expresa a Fidelio que intuye que está enamorado también de su hija Marzelline

[Rocco piensa que Fidelio se esfuerza mucho en su trabajo por agradarlo porque está enamorado de su hija Marzelline ]

Entonces los cuatro se ensalzan en el canto expresando sus pensamientos y emociones:

[Leonore su sufrimiento por su marido, Marzelline su seguridad de que Fidelio debe amarla también (pobre ilusa ) Rocco su confianza en que Fidelio y su hija serán felices y Jaquino su preocupación al ver que pierde a Marzelline y que Rocco aprueba que se case con Fidelio.]

Leonore con gran astucia aprovecha bien la situación de que Rocco haga de celestino entre Fidelio y Marzelline y le pide a Rocco ayudarlo en todo y para ello él debe confiar completamente en él.

Le dice que quiere acompañarlo cuando va a las bóvedas subterráneas de la prisión porque nota que regresa de allí completamente agotado. (Leonore intuye que Pizarro, el malvado director de la prisión, puede tener allí encerrado a su esposo Florestán)

Rocco le dice que tiene órdenes estrictas de que no lleve allí a nadie, ya que hay un preso encerrado allí más de dos años y que está atado.

Leonore le dice que lo lleve allí porque él tiene valor y Rocco accede.

En la quinta escena, nos presentan a Pizarro, el gobernador de la prisión.

[Pizarro]

Pizarro le cuenta a Rocco que el ministro se ha enterado de el mal trato que los prisioneros reciben y que al día siguiente vendrá a hacer una inspección.

Así que Pizarro pide a Rocco que mate al misterioso prisionero que tiene en las bóvedas subterráneas atado y le ofrece una bolsa de dinero pero Rocco se niega rotundamente.

Así que Pizarro manda a Rocco a que únicamente cave su tumba en la misma bóveda donde se encuentra y él mismo bajará a matarlo cuando su tumba esté lista.

Leonore escucha todo, y aunque sigue sin saber con certeza si el preso que está abajo y que Pizarro pretende matar es su marido... ella canta muy afligida.

Un dato importante acerca de este momento en que canta Leonore es que las trompas resuenan junto a su canto.

La trompa es un instrumento que en la época de Beethoven sólo las llevaba el héroe de la historia, que siempre era un hombre. En este caso, el héroe de la historia es una mujer, así que por primera vez en la historia de la ópera las trompas van acompañando a una mujer y no a un hombre.

Beethoven siempre marcando la diferencia. 

Luego de esto, Leonore dice a Rocco de sacar a todos los presos al patio para que puedan ver la luz, ya que esto no es frecuente que suela hacerse porque Pizarro no lo permite.

Rocco accede en dejarlos sentir la cálida luz del sol. Leonore pretende con esto ver a todos los presos por si encuentra entre ellos a su marido.

[Los prisioneros cantan con emoción]

Leonore no ve a su marido entre ellos...

Rocco le pide a Leonore que le acompañe a ver al preso misterioso y ella está feliz por descubrir al que sospecha que es su esposo.

Pero Rocco le cuenta que van a cabar la tumba del desdichado y que Pizarro será quien lo mate.

Leonore disimula su terrible preocupación y sigue a Rocco.

Pizarro descubre a los presos en el patio y se enfurece con Rocco llamándolo "viejo atrevido". Rocco argumenta que esto dará buena impresión al ministro cuando venga pero Pizarro no razona y manda inmediatamente a regresar a los presos a sus celdas.

Los presos regresan afligidos andando de espaldas, como una alegoría de despedida del sol sin dejar de mirarlo.

Segundo Acto

Al comienzo de este acto descubrimos que el preso misterioso de las bóvedas subterráneas es Florestán, el marido de Leonore, aunque ya lo imaginábamos.

Florestán canta el aria más bonita de todas...  Llamada: Gott! Welch Dunkel Hier!

"Veo como un ángel con fragancia de rosas posarse a mi lado para consolarme. ¡Un ángel, tan parecido a mi esposa, Leonore, que me conduce a la libertad en el reino celestial."

-Florestán.

Florestán cae desmayado después del aria y posteriormente, Leonore y Rocco entran en la mazmorra. Rocco comienza a cavar, Leonore mira al preso... está muy oscuro ahí abajo y él está en postura complicada para verle la cara. Rocco empieza a protestar y a meter prisa a Leonore...

Florestán despierta y Leonore por fin ve que es su marido. Él al principio no la reconoce por su disfraz.

Pizarro irrumpe en la bóveda y Rocco manda a Leonore a marcharse pero ella se esconde.

El malvado Pizarro se descubre ante Florestán y puñal en mano está dispuesto a matarlo.

Pero Leonore se interpone tapando a su marido y se descrubre a sí misma que es la esposa de Florestán.

Leonore saca una pistola a Pizarro y con esto consigue contenerlo. Pizarro es avisado de que ha llegado el ministro y todo este caos obliga a Pizarro a que se retire.

Florestán y Leonore muy felices porque ya están juntos de nuevo:

Y cantan emocionados.

(La segunda aria más bonita del mundo)

Finalmente la corrupción de Pizarro sale a la luz y los presos son libres de nuevo y se encuentran con sus familias. Todos cantan felices.

El ministro ordena que a Florestán se le quiten las cadenas, pero debe hacerlo Leonore, su heroina.

[Este momento es muy destacable... ¿os acordáis que os mencioné que en la Cantata por la muerte de Jose II había un contorno melódico que Beethoven lo usaría luego para otras obras? Y mencioné que una de ellas era Fidelio (El verso ascendente: "La humanidad se dirigió hacia la luz", que luego retorna sobre sí mismo y desciende.) Pues justo aquí... en el momento en que ella le va a quitar las cadenas a su esposo, suena el verso de la melodía de la cantata. 

Florestán ya es libre y puede marchar con su esposa y heroina Leonore.

Gracias por su atención y espero les haya gustado la que es sin duda mi ópera favorita. Saludos. -L. Jones.

"Hay miles de príncipes y los habrá, pero Beethoven sólo hay uno".

-Ludwig van Beethoven